martes, 31 de marzo de 2009

Panza LLena

Justo a tiempo llegron las palabras para disculparme. Me retire del mostrador y caminé por la calle hasta llegar a las aguas y encender un cigarrillo que me recupero el ánimo. Me había sentado en el pequeño restaurante de mosaicos ácidos con entrecalles que me recordaban mis uñas después de hacer el jardín.

El tiempo se fue diluyendo y mientras esperaba mis flautas de queso, la gorda fue al baño, el agua de jamaica se acabo, tres clientes que pedían para llevar se desesperaron, un perro meo una llanta de un coche, yo pensé que era un cliché visual, la patrulla paso y paso, la gorda salió del baño, su falda me dejo entrever sus muslos, me dio asco, quise tomar una foto, pensé en la comadre, Salí a fumar, una niña linda paso y yo me desesperé.

Prudente, me acerqué a la cajera con la intención de recibir alguna explicación sobre la tardanza.

La cajera amablemente respondió, con un gesto de extrañeza, que las flautas me las había comido hace un rato y tenía ya tiempo fumando un cigarro en la puerta.

-como viendo pasar el tiempo, joven.
-Disculpe. y me fui.

1 comentario:

  1. Jaja. Está bueno y lo peor es que conociéndote, seguro en realidad te sucedió. Está bueno tu blog. ¿Por qué le pusieron la advertencia de contenido adulto? ¡Chale!

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